ABSTRACT
El diagnóstico diferencial de los tics se plantea en las etapas primeras del tic transitorio del niño y de la Enfermedad de Gilles de la Tourette dada su similitud clínica al inicio. La evolución con la remisión habitual y en definitiva total de las primeras y la asociación de nuevos síntomas algunos de ellos específicos como la coprolalia en las segundas permite aclarar el diagnóstico. A pesar de la preocupación familiar el tic transitorio benigno del niño no debe ser tratado a menos que sea intenso. En la enfermedad de los tics cuando la disquinesia es de grado leve no debe medicarse; si la intensidad es moderada puede iniciarse tratamento con clonazepam pero en los grados mediano e intenso es imperativo emplear tratamiento específico para evitar la importante repercusión social tanto del tic como de la coprolalia, que ocasionarán trastornos emocionales importantes con depresión psíquica y aislamiento. Si bien el haloperidol ha sido empleado como primera opción dada su eficacia, consideramos que debido a sus frecuentes, variados e importantes efectos adversos, deben utilizarse inicialmente otros fármacos de similar potencia antidisquinética y de mejor tolerancia. Proponemos en primera instancia el uso del triapride, antidisquinético específico con escasa capacidad parkinsonígena y que no induce disquinesias; si su efecto terapéutico no es suficiente creemos conveniente la administración de pimozide o flufenazina que poseen similar eficacia a la del haloperidol con mejor tolerancia. Además del uso de...